En una ciudad como en la que vivo, la Ciudad de México, la gente va constantemente de prisa, estresada, enojada, ansiosa y además creyendo que ésa es la única forma de vivir. Sin embargo, no tiene por qué ser así. Actualmente contamos con una gran diversidad de técnicas de relajación con las que podemos evitar un ataque de pánico, un ataque de ansiedad, insomnio, dolores de cabeza y algunas otras complicaciones derivadas de la acumulación de tensiones en el cuerpo, la mente y las emociones.

Importancia de los ejercicios de relajación

Primero que nada, es importante agarrar al toro por los cuernos, es decir, responsabilizarte de tus tensiones y de tu propia relajación, nadie lo puede hacer por ti, sólo tú te puedes relajar. Para ello necesitas aprender a hacer pausas, darte tiempo para desacelerar y así iniciar el momento de relajación. Pareciera sencillo hacer una pausa, pero si no la practicas, la avalancha de actividades, pensamientos y distracciones te ganan la batalla.

Una vez que has hecho conciencia de la importancia de relajarte y logras hacer una pausa, puedes elegir entre actividades que impliquen quietud e introspección o las que requieran movimiento y ejercicio físico. Algunos ejemplos de las primeras son la meditación, la respiración diafragmática, el entrenamiento autógeno, las visualizaciones de imágenes agradables, la relajación muscular progresiva de Jacobson, etc. Por otro lado, prácticas como yoga, el tai chi o el chi kung ayudan a reducir tensiones mentales y musculares.

En lo personal, utilizó una combinación de ambas para lograr un bienestar más integral. Te recomiendo que realices por lo menos una técnica de relajación al día ya que la cotidianidad siempre nos presenta retos y dificultades que van generando algún nivel de estrés físico, emocional y psicológico y es esencial alcanzar un balance.

Si logras mantener un equilibrio entre las tensiones que generas y la liberación de éstas, podrás disfrutar tu realidad diaria, estando más presente en cada actividad que realices, con el cuerpo más abierto y receptivo a todas las experiencias que se te presenten en la vida, sean estas agradables o desagradables. No tienes que esperar a las vacaciones para relajarte y disfrutar, lo puedes hacer todo el tiempo, viviendo más alegre, tranquilo, en bienestar.

Una de mis principales labores como terapeuta sexual es enseñarle a mis pacientes a relajarse para que puedan abandonarse al placer sexual y liberar sus disfunciones eróticas. Al respecto Fina Sanz nos comparte que:

«En la medida en que la persona está relajada, se escucha más a sí mismo, siente más claramente su deseo y puede gozarlo respirando profundamente y amplificando las sensaciones por todo su cuerpo, que queda más integrado, más globalizado. En general, en las relaciones eróticas, la relajación favorece el orgasmo y la apertura para comunicarse con la pareja, recibirla y entregarse. En la aparición de sintomatologías psicosexuales como: la disfunción eréctil, la eyaculación precoz, el vaginismo, la dificultad para orgasmar, etc.   Existe siempre, además de que puedan existir otras sintomatologías, una dificultad para estar relajada/o en relación con la otra persona. Ésa es una forma de expresar corporalmente miedos, pero también es una manera de mantenerlos.»

Conclusiones

Ya sea en la vida erótica y la no erótica el saber relajarte te puede brindar una vivencia muy placentera y disfrutable en tu día a día; contigo, con las demás personas y las situaciones que se te presenten. Te invito a escuchar estas dos relajaciones que grabé en el taller que facilito: Autoconocimiento y Sexualidad desde la Terapia de Reencuentro. Son ejercicios guiados que incluyen visualización y respiración. Espero que te sean de utilidad.