Se estima que el 70% de los varones experimenta algún grado de eyaculación precoz durante su vida. Aproximadamente el 30% la padecen. Existe mucha información sobre el tema pero al llevarla a la práctica los fracasos siguen ocurriendo y el malestar aumenta.
Y no sólo eso, en algunos casos esta disfunción desencadena otras, como la disfunción eréctil, el deseo inhibido, la anorgasmia y la disrritmia.
La falta de éxito a partir de la autoayuda tiene que ver con hacer todos los ejercicios sin secuencia ni gradualidad. Dos características esenciales en un proceso de psicoterapia sexual integral.
Cabe decir que la eyaculación precoz es la disfunción con el porcentaje más alto de éxito en la terapia sexual.
¿Qué es la eyaculación precoz (EP)?
Es una disfunción de la vida erótica. Es la falta de control del reflejo eyaculatorio, lo cual deriva en una eyaculación antes de lo deseado incluso antes de realizar la penetración.
La EP no es una enfermedad. Es falta de aprendizaje del control eyaculatorio por no tener conocimiento de la propia respuesta sexual. De cómo funciona, de cuáles son las sensaciones que avisan y de cómo se detiene.
Una persona que tiene EP experimenta una autoestima deteriorada, problemas de pareja, depresión, estrés y culpa.
¿Cuáles son las causas?
Son diversas.
En 2% de los casos la causa es orgánica (biológica). El resto de las causas son:
1.- Psicológicas.
Cuando se presentan niveles altos de ansiedad se impide la percepción de las sensaciones precursoras de la eyaculación.
2.- Emocionales
El miedo al desempeño sexual es el principal sentimiento que impide que un varón con EP controle su eyaculación. También la falta de confianza en sí mismo, la frustración constante y en ocasiones enojo consigo mismo y en pareja son causas de que el discontrol eyaculatorio se presente.
3.- Socio-culturales
Los varones aprenden a vivir un autoerotismo apresurado, tal vez a escondidas, con prisa y culpa. Por otro lado, se exige que sean “muy sexuales”, por lo que su excitación aumenta rápidamente sin combinarlo con la globalidad del erotismo que se considera más una característica femenina.
¿Cuándo se vuelve un problema?
La eyaculación precoz, como cualquier otra disfunción sexual se convierte en una disfunción en el momento en el que le genera malestar a la persona.
Una persona con este tipo de discontrol eyaculatorio tiene una incapacidad de sostener el placer en un nivel alto de excitación, es decir, no tiene meseta o es muy pequeña. La meseta es la fase de la respuesta sexual en la que se mantiene la excitación en un nivel alto.
Esto desencadena frustración en sí mismo y en su pareja. Si se trata de una pareja heterosexual, es común que se dé una combinación disfunciones sexuales en la que él sufre de EP y ella de anorgasmia.
Esto causa conflictos en la pareja, enojos, malinterpretaciones e insatisfacción.
Gradualmente se deteriora la autoestima del varón y experimenta ansiedad por su desempeño sexual, miedo, falta de confianza en sí mismo e incluso desarrolla una especie de pánico escénico.
Mitos sobre la EP
Existen creencias erróneas alrededor de la EP:
- Es común que quien tiene la EP piense que es muy “caliente” y que por eso se excita rápidamente y que es imposible controlar tanta pasión. La realidad es que se puede aprender a sostener niveles altos de excitación y a consolidar su meseta.
- Las parejas de las personas con EP, piensan que ellos son muy egoístas y que sólo ellos gozan, que se la están pasando increíble. La realidad en muchos casos es que quien experimenta una falta de control sobre su eyaculación no siempre está experimentando placer. Más bien miedo, ansiedad, vergüenza y es común que aunque eyaculen, no tengan orgasmo. Además de estar preocupados porque su pareja tenga placer o no se enoje.
- También existe la idea de que la EP es normal. Es como si fuera normal que un niño de 10 años usara pañal por no poder control su esfínter. La realidad es que el reflejo eyaculatorio se puede aprender a controlar.
La terapia sexual como tratamiento para la EP
Primero que nada es muy importante saber que la eyaculación tiene dos avisos:
- La inminencia eyaculatoria.
- La inevitabilidad eyaculatoria.
El primero se puede detener y el segundo no. El varón con EP sólo percibe el segundo aviso. Le resulta imposible controlar su eyaculación, ya que ningún varón lo puede hacer.
Es por eso que el proceso del control eyaculatorio incluye la sensibilización necesaria para poder percibir el primer aviso y el adquirir la fuerza del músculo pubococcígeo (MPC) para poder detener y postergar la eyaculación y así poder prolongar el placer el tiempo que decida.
Sin embargo, el tratamiento no se limita a eso.
- Se inicia con un diagnóstico adecuado para evaluar el grado de la disfunción y si existe alguna otra además de la EP.
- Se determina la causa (orgánica, psicológica, sociocultural o mixta).
- Una vez que se descarta o atiende alguna causa orgánica, se atienden las causas psicológicas y emocionales (ansiedad, miedo, problemas de pareja, etc.) a través de psicoterapia.
- Se combinan ejercicios para desarrollar la globalidad del erotismo para sensibilizar y ejercicios para fortalecer el MPC.
- Una vez que se hayan instalado los ejercicios de globalidad y genitalidad en la vida cotidiana, se dejan ejercicios masturbatorios para conocer la respuesta sexual, es decir el deseo, la excitación, la meseta, la eyaculación, el orgasmo, la resolución y el periodo refractario. Gradualmente se le va guiando hacia el control eyaculatorio.
- Cuando el varón tiene la capacidad de controlar su eyaculación a solas, se inician los ejercicios en pareja. Se lleva el mismo proceso gradual, combinando el erotismo global y el genital.
¿Por qué acudir a un proceso de terapia sexual?
El tratamiento de psicoterapia sexual para la eyaculación precoz es un proceso integral que contempla la construcción del placer y el bienestar en diferentes áreas de la vida de quien la padece. Su vida cotidiana, personal, de pareja y por supuesto, su vida erótica. No se limita a durar unos minutos más en el encuentro sexual, sino a adquirir las herramientas necesarias para expandir el placer en toda la piel, los sentidos, el deseo, la excitación y los orgasmos con una conciencia global, libre de ansiedad, miedo, frustración y culpa.